UNA “PLÁTICA DE BORRACHOS…BELLA PLÁTICA DE BORRACHOS”

Voy a comenzar con una historia, la cual fue el origen de la reflexión que me lleva a escribir esta columna. En otras palabras, una discusión se convirtió en mi musa y las ganas de chismear, en la motivación para escribirles.

Todo comenzó con un encuentro de amigos, al cual me llevaron de pato, y al calor de unas cervezas frías comenzamos a discutir un poco de política, economía, futbol, beisbol y temas varios que, como diría Barnie (el amigo ebrio de Homero Simpson) se convirtió en una “plática de borrachos… bella plática de borrachos”.

Todo transcurría normal hasta cuando alguno de los participantes ha puesto sobre la mesa el tema del dólar y la tasa de cambio, usando más o menos estas palabras: “tú qué opinas de la subida y bajada del dólar acá en Colombia”, a lo que yo respondí que, antes de meternos en las causas de ese fenómeno, lo primero que deberíamos hacer es llamar las cosas por el nombre correcto, ya que lo que subyace bajo el concepto es muy poderoso y lleva a una identificación (y explicación) de las causas (por lo menos de algunas de ellas). Es así como le manifesté que el fenómeno en cuestión se debía ver, no  como el sube y baja del dólar sino como la apreciación/depreciación o revaluación/devaluación del peso frente a la moneda de referencia. Y para qué fue eso, comenzó la discusión fuerte.

Pero para no entrar en detalles aburridores, su argumento central es que, al final, era la misma vaina, así como 2×4 es el mismo 8 que 4×2 (la belleza de la propiedad conmutativa de la multiplicación). El mío era que, si bien el resultado es el mismo, conceptualmente 4×2 no es lo mismo que 2×4. Una cosa es el multiplicando y otra es el multiplicador, por eso no es lo mismo 4 familias de 2 personas aguantando hambre que 2 familias de 4 personas en la misma condición, así al final pueda hablar de 8 personas con filo.

A más de uno le parecerá trivial la cosa. No olviden que fue una “plática de borrachos…bella plática de borrachos”. Pero vuelvo a los subyacentes de estas conceptualizaciones: uno primero podría ser la maquiavélica sentencia de que el fin justifica los medios (creo que aún no se ha cuantificado del todo el enorme daño que le hizo al mundo Maquiavelo, cuando le dio por escindir la ética de la política y, por ahí de paso, la ética de todo lo demás).

Otro posible concepto subyacente, en el marco de la Teoría General de Sistemas presentada por Ludwing Von Bertalanfy a mediados del siglo pasado (entre 1948 y 1960), es el de la equifinalidad, una propiedad de los sistemas abiertos según el modelo de Katz y Kahn (1986), y el cual dice que existen diferentes formas de llegar a un mismo resultado. Algo que los romanos ya sabían y que popularizaron con la expresión: Todos los caminos conducen a Roma.

Y un tercer subyacente podría ser esta coloquial frase: No es lo mismo gimnasia que magnesia, y que nos lleva a concluir que si bien las dos palabras están compuestas por las mismas letras, el ordenamiento de las mismas es determinante del término y del significado.

Ahora bien, cuando se lleva esta disquisición al campo del desarrollo sostenible nos encontramos que la distancia que separa estas dos orillas, es aún más grande. Cuando nos metemos en el campo de la multidimensionalidad del desarrollo sostenible, la complejidad aumenta debido al aumento del número de posibles relaciones e interacciones y pasamos de la equifinalidad a la multifinalidad (otra de las propiedades de los sistemas abiertos que Katz y Kahn presentan en su modelo), es decir que desde un mismo punto de partida, podemos obtener diferentes resultados (lo cual sería un verdadero rompecabezas y bastante frustrante, para alguien que pretenda salir de Roma).

En el campo empresarial también es más que evidente la diferencia entre las orillas en disputa. Sobre todo porque en las empresas, entendidas como sistemas complejos, los resultados derivados de las acciones y decisiones tomadas se ajustan más a la sinergia, término acuñado en el siglo XIX por Émile Littré y que se constituye como otra de las propiedades de los sistemas abiertos, pudiendo ser definida como que la suma de las partes es diferente del todo o, para nuestro ejemplo numérico, que 4×2 (si entendemos la multiplicación como una suma repetitiva) no es igual a 8 y, por lo tanto, tampoco será igual a 2×4. Se complicó la cosa un poco más, reafirmando la importancia de partir del concepto, pero para que sea más digerible, se las planteo con un ejemplo sencillo: Si bien el objetivo primario de los empresarios es el mismo, aumentar la productividad (entendida esta como la razón entre las salidas totales y las entradas totales) existen diferentes formas de llegar a esta meta. Una puede ser la reducción de costos de producción vía un rediseño de producto o proceso que haga más eficiente el consumo de materias primas o reduzca la cantidad necesaria inserta en el producto final. Otra puede ser la reducción de costos de producción vía la reducción de costos de mano de obra a través del no pago de las obligaciones en seguridad social (lo cual parece estar de moda en nuestro sector empresarial). Si bien ambas me llevan al mismo punto, aumentar la productividad, los impactos en términos de la multidimensionalidad de la sostenibilidad empresarial son diametralmente opuestos. Es decir que, en la dimensión económica ambas estrategias tienen impactos positivos, pero cuando miramos las dimensiones social, ambiental y de gobernanza (la cual relaciona la ética empresarial), los impactos son completamente diferentes, en muchos casos negativos y, lo más importante, no necesariamente el ejercicio de sumas y restas (o multiplicación) tendrá el mismo resultado en ambas medidas.

Por eso, para mí, si es importante la conceptualización, si existe diferencia entre 4×2 y 2×4 así el resultado sea 8 en ambos casos. A pesar de que todos los caminos conducen a Roma, no todos los caminos deberían ser transitados. Aunque tengan las mismas letras, gimnasia no es lo mismo que magnesia y el orden de las letras determina el significado, el concepto, lo que denotan y connotan, y de paso, el mejor camino para llegar a Roma.

¡Definitivamente fue una muy bella plática de borrachos!

Ingeniero Industrial - PhD en Desarrollo Sostenible #SustainableDevelopment #Sustainability

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