Si aparezco en tu almohada de repente,
bajo la luz desnuda de la noche
no enfundes el fusil de tu reproche;
regálame tus labios de aguardiente .

Me derramo en tu cuerpo con urgencia,
los sueños no conocen la desgana
de la pasión que cuelga en la ventana,
ni del adiós enviado como herencia.

Como náufraga exhausta me detengo
a recoger tus lágrimas de escarcha,
a contemplar tus ojos de laguna.

En tu piel clandestina me entretengo.
Susurran mis quimeras si te marchas:
Amor, eres la muerte que me acuna.

Palmireña. Poetisa. Orgullosa mamá de Majo y Salomé ☕ Coffee Lover ☕

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