Aprovechando que Juan David cayó en la trampa y me volvió a invitar a que participe en este espacio bien llamado “LOS JUANETES”, voy a continuar con la segunda parte de mi relato sobre la sostenibilidad empresarial.
Una vez abordado el producto como origen de todo, vamos con el surgimiento del sistema de producción. Para esto, tratemos de imaginarnos en el continente africano, mas específicamente en el África Subsahariana, pero hace más o menos entre 1,6 y 2 millones de años atrás. La cuna del hombre, como es llamada esta región, durante aquel período gozó de la visita del Homo Habilis y su descendiente evolutivo, el Homo Erectus. Imaginemos que un Homo Habilis iba caminando tranquila pero cautelosamente en medio de este territorio cuando vio una piedra en su camino y la pateó para apartarla, con tan buena suerte que esta piedra salió despedida y golpeó con otra, partiéndose por uno de sus lados y dejando un filo por este (obviamente y para nuestro relato, este aún no sabía que era el filo). Nuestro protagonista siguió caminando pensativo en lo curioso del suceso y, de repente, pisó la piedra y esta, con el filo cortante, hirió su pie; en medio del dolor, tomó aquella piedra y, en vez de arrojarla por la ira, la observó y vio en ese borde cortante una utilidad en la actividad de caza de su comida.
Y fue así como salió, en compañía de otros como él, a cazar algún animal. Una vez lo divisaron, le arrojaron piedras para tratar de derribarlo y nuestro homo habilis, recordó la piedra que se había guardado (no imaginemos en dónde porque ellos aun no tenían vestido) la saca y la lanza contra el animal, con tal suerte que el lado filoso lo corta de manera profunda y el animal cae y muere de forma rápida. Los otros, sorprendidos por esta maravilla, le preguntan (con un sinfín de gestos, ruidos, gruñidos y maromas o como sea que se comunicaran en aquellos tiempos) qué era eso que había arrojado y como lo había obtenido, estos comenzaron a replicarlo, guardando para sí aquellas piedras que salían bien y tirando a un lado aquellas piedras que no salían como ellos querían las cuales eran tomadas por otros quienes las clasificaban en aquellas que permitían completar la tarea o ser usadas para hacer otro tipo de cortadores o bien, no le encontraban utilidad alguna y las dejaban tiradas a un lado. Ocasionalmente, el choque de las dos piedras lanzaba chispas por el aire y estas caían en vegetación seca, ocasionando algunos incendios que ardían, quemando todo a su paso hasta que alguna lluvia casual lo apagaba (también era común que se presentaran heridas por cortes con las piedras o machucones de dedos por las mismas, en algunos casos más graves, partes de las piedras salían volando y caían en los ojos de nuestro homo habilis dejándolos tuertos y convirtiéndose así, en los primeros trabajadores lesionados o incapacitados, dando origen al sistema de seguridad industrial y salud en el trabajo, pero esto no lo tocaremos en esta columna). Y así fue como nuestro personaje creó una herramienta y de paso, al replicarla para los demás cazadores, creó un incipiente sistema de producción.
Más adelante en el tiempo y, gracias a otros muy creativos homo habilis y homo erectus , se dio un fenómeno de diversificación de usos y por ende, de herramientas creadas para hacerlos, es decir, se dio un proceso de diversificación de la producción y de especialización del trabajo, permitiendo que estos primeros sistemas de producción se transformaran en pequeños y primarios talleres artesanales donde un maestro artesano, enseñaba este arte a sus discípulos. Ahora bien, no olvidemos que estos personajes eran nómadas, lo cual permitía que se encontraran en su camino con otros grupo que, de manera independiente, habían desarrollado procesos similares de construcción de herramientas pero que estas eran de diferente índole o para otros usos. Iniciando así un intercambio de productos fabricados por cada grupo.
Y así siguió durante mucho tiempo en la historia de la humanidad hasta cuando unos eventos trascendentales causaron tremendas disrupciones: la agricultura, que cambió la práctica habitual de las largas caminatas (o nómadas que les dicen) por el sedentarismo (llevado al extremo en nuestros días) y la fabricación de máquinas, las cuales cambiaron el taller artesanal por el taller de producción y mas adelante por la incidencia de múltiples factores y la presión del público, como si fuera un pokémon, este evolucionó hacia los sistemas de producción continua o de flujo continuo. Esta evolución permitió la generación de excedentes productivos los cuales llevaron a la evolución de los sistemas de intercambio y comercio, pero sobre esta parte hablaremos luego, por ahora solo diremos que fue el origen de la idea del crecimiento económico como propósito empresarial.
Este relato nos permite observar algunos elementos importantes de nuestro tema central: primero, que los procesos productivos se fundamentan en la transformación de elementos provenientes de la naturaleza. Segundo, que el resultado de esta transformación el la generación de cuatro (4) tipos de elementos: los productos terminados, los subproductos, los desechos y las emisiones (dijimos también que se generaban lesiones e incapacidades producto de esta actividad). Tercero, la evolución de los sistemas de producción se da como resultado de la necesidad de producir cada vez más productos y ante la observancia que el intercambio comercial de estos productos, genera riqueza para los productores.
Obviamente este es un modelo que se fundamenta en el consumo de recursos naturales para la generación de productos terminados que eran consumidos por una población cada vez más grande y demandante, para satisfacer su necesidades o deseos ¿qué podría salir mal? Pues todo!!! Como bien los plantea Meadows (1972)* en su publicación “The Limits to growth”, un modelo de este tipo (lineal, basado en el consumo de recursos naturales y con sobrepoblación) pone una carga sobre el planeta que este no puede soportar indefinidamente. ¿y por qué nadie se dio cuenta antes? Si lo hicieron, hay incluso relatos de un Platón triste y compungido, hasta con un nudo en la garganta, observado como sus conciudadanos habían talado los árboles hasta la casi total desnudez las montañas de los Balcanes, para usar la madera para la construcción ¿y entonces, que pasó? Pues como dice el lema de LOS JUANETES, este asunto esta “PISANDO CALLOS” de personas, organizaciones y Estados que encontraron en dicho modelo su forma de subsistencia y no están dispuestos a cambiarlo, o por lo menos no sin dar una pelea fuerte y larga. ¿existen otras alternativas o modelos de producción? Sí, y es lo verdaderamente importante de esto, el modelo del desarrollo sostenible empresarial surge como la alternativa de mayor viabilidad, esa o mudarnos a otro planeta con mayor cantidad de recursos y mejores tasas de regeneración, recuperación y absorción.
Luego seguiremos en más detalle con esta alternativa (no la de mudarnos de planeta), por ahora y para no llevar al límite la paciencia y tolerancia de Juan David, dejo hasta acá esta columna y espero que sea de su total interés.