Prisioneros de la Imagen

O ¿Qué pasará con Francia Márquez y Alejandro Gaviria?

En una entrada anterior titulada: La Raza Imbécil y que criticaba el hecho de perseguir afirmaciones que había hecho Alejandro Gaviria en 2020 por un comentario que hizo un congresista del Centro Democrático sobre un trino que hurgó en su cuenta de twitter y que era una respuesta del Ex rector a otro usuario; Afirmaba que él “suena desde hace como un año para candidato a la presidencia, pero que se mantiene – aún cuando menos- en la rectoría. Esto puede cambiar en un mes, o antes.” Citando mis propias palabras. El cambio se produjo finalmente llegados los últimos días del mes de agosto y causando revuelo nacional o por lo menos mediático. (No le pegue a la fecha pero se veía venir)

Habló sobre el nombramiento del Ex ministro Carrasquilla en el Banco de la Republica y se refirió a su formación académica y conocimiento macroeconómico, dejando de lado el gran sentimiento de indignación que generó el mentado ex ministro en el país y en el paro que tumbó su reforma tributaria. Esto también causó revuelo y al día siguiente aclaró – o reculó todavía no es tán claro – y esto también causó revuelo nacional. Días más tarde, el miércoles 29 de agosto inscribió su comité de recolección de firmas y esto… también causó revuelo nacional.

Diferentes medios y opinadores han hablado maravillas de lo que significa la presencia de Alejando Gaviria en la contienda electoral. Con lo ocurrido hace un par de días al caso de Fajardo y su responsabilidad en Hidroituango, el panorama parece ser aún mucho más favorable, porque si bien, hay otros candidatos en la colación de Centro (porque es una masa a la que le falta forma y le sobran ingredientes), es Gaviria el que menos resistencia tiene desde diferentes sectores. Su ideario de 60 puntos recoge transformaciones necesarias para el país, partiendo de modificar o recuperar la confianza en las instituciones (inexistente por estos días) y una de las razones por las cuales fracasan las naciones, en lo que coincide con Collier, Acemoglu y Robinson entre otros.  En síntesis es más lo que acerca que lo que separa. En este punto de la columna, tal vez este usted pensando amigo lector, que voy a invitarlo a votar por Gaviria y no hay tal, por dos razones: la primera, para decidir mi voto tengo que leer su propuesta programática y la segunda, porque en una decisión personal y de golpe grupal con @LosJuanetes1 hemos decidido en comité editorial (es decir, solo Juan) que nos mantendremos neutrales esperando poder conversar con todos antes de emitir algún comentario al respecto si es que nos contestan la invitación, Alejandro Gaviria ya nos dijo que si, el problema es de agenda y Francia Márquez también mostró interés y ya hemos tenido contacto con ella.

Pero la columna se llama prisioneros de la Imagen y es por otra cosa. alrededor de las elecciones se crea un discurso y este genera imaginarios que definen tendencias que la gente sigue, en ocasiones, sin detenerse a mirar el fondo. Armando Silva dice que los imaginarios, sobre todos los urbanos, están relacionados con las inscripción que hace alguien en la sociedad y  afirma que “lo imaginario no corresponde solo a una inscripción psíquica individual sino que brinda una condición afectiva y cognitiva dentro de comunidades sociales”, al hacer una distinción entre lo real de la realidad – desde el punto de vista de la imagen-  se entenderá que la realidad es construida como un hecho del lenguaje. Esto explica porque las connotaciones del poder se incrustan en la construcción social de una imagen que quieren vendernos quienes tienen o quienes detentan el poder en cada movimiento político. 

En cristiano, esto significa que en una lógica de poder y dominación se crean discursos a través de la imagen que formarán una tendencia para que un partido político, un candidato o un movimiento gane o pierda la elección. Y es aquí en donde quiero referirme a la candidatura de Francia Márquez. La Inscripción de su comité de recolección de firmas se llevó a cabo un par de días después a la de Alejandro Gaviria. Pero paradójicamente para los medios de este país – y para los grupos empresariales- que una mujer afro, lideresa ambiental y con un discurso que en cualquier país medianamente decente o formado, entraría a hacerla competir por la elección presidencial; no llamó la atención y no causó el revuelo nacional que las otras inscripciones han causado. ¿Por qué? ¿Será mejor tenerla de lideresa que buscando llegar al poder porque de lideresa es menos incomoda? O será que si la gente la escucha, ¿muchos de los votantes cautivos de los otros candidatos preferirían su discurso?. Hace un par de días Francia tuvo un conversatorio con la filosofa marxista Angela Davis, uno de los personajes más icónicos e interesantes del mundo; una académica y activista de los movimientos feministas antirracista, feminista, escritora y defensora de los derechos de la comunidad LGTBIQ y sin duda una de esas intelectuales con las que muchos presidentes y humanos normales (como nosotros) quisiéramos tomarnos un tinto, pero casualmente esto no causó revuelo nacional.

Todos quieren con Alejandro  porque le han coqueteado todos  Los Liberales, Los Verdes, Los Socialdemócratas, La Coalición de la Esperanza, incluso Petro y la Colombia Humana le ofrecieron ser candidato a la alcaldía de Bogotá (por encima de Morris) y luego el ministerio de hacienda en un posible gobierno de Petro. Por eso, salir a atacar al ex rector, hurgarle documentos y entrevistas de hace diez o más años solo es muestra de desespero. Pero si todos quieren con Alejandro, ¿por qué Alejandro, quiere con Francia?. Muchos meses antes de hacer publica su aspiración presidencial, le preguntaron al hoy candidato en los mismos gatos ¿a quién le gustaría tener como coequipera? y sin titubear Alejandro nombró a Francia.  Ambos son prisioneros de la imagen, ambos son prisioneros del imaginario en el que está Colombia desde hace muchos años. Ese imaginario en el que nos meten cada 4 años. Estamos entre el héroe y el villano y ese imaginario no permite que haya un termino medio. Según esa lógica para que seamos sostenibles y triunfe la vida, el héroe tiene que ganar, el problema es que el villano tiene el dinero, las armas y el poder – ahora incluso la keratina- pero si nos cambiamos de lado, en el otro lado del panóptico, el héroe o el que diga el héroe enfrentara al villano y lo derrotará; ese villano es quien llevará al país por el camino del fantasma del socialismo del siglo 21. Y ahí nos llevan. Ambos nos tienen metidos en el imaginario y necesitamos un cambio de enfoque radical y opuesto a los extremos.

Alejandro esta atrapado por el imaginario de la inexistencia del centro, porque para cualquiera de los extremos es un infiltrado del otro y Francia, mas fresca y con mejores ideas, está atrapada en el imaginario que han creado los seguidores de Petro alrededor de su líder, su héroe. Y mientras esto pasa, los villanos – o los héroes dependiendo de su esquina ideológica –  van en fila con dos estrategias, el que diga Uribe y el que salga de los alcaldes, se enfilan a pescar en río revuelto y llegar a segunda vuelta, para repetir lo que puede ser una mala película que ya vimos. Si el centro llega dividido pierde, si Francia no gana la consulta, la Colombia humana pierde y lo hará porque aunque Petro es un tipo admirable, sus hordas digitales se encargan de quitarle las ganas a cualquier votante de repetir. Amanecerá y veremos, mientras seguiremos esperando la Agenda de Alejandro y la confirmación de Francia, para hablar sobre desarrollo sostenible, sostenibilidad y visión de país.

Fuera de la columna.

Si de verdad, estos u otros candidatos presidenciales quieren acercarse a gente normal y sin agenda política les mantenemos la invitación a todos. No seremos muchísimos, pero somos bacanos. Los esperamos, el CM o el PCM estarán atentos de su confirmación.

Zoociólogo (zootecnista + Sociólogo) papá de SGE, esposo de Natalia, lector de cuentos para 😴 Padawan de phd en Estudios Sociales. estoy en @biodiversoscol

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