LOS REGAÑOS DE MAMÁ

Mi plan de domingo, luego de despertar en las mañanas, es tirarme en mi hamaca y leer. Por la mañana periódicos, revistas y portales de noticias acompañado de una prensa francesa de café. Por la tarde, libros de mi predilección y una botella de vino.

Unos domingos atrás, en medio de mi rutina dominguera matutina me encontré con una columna escrita por Mauricio Cabrera en la revista Cambio. La columna titulada: “Colombia y el futuro petrolero” (CAMBIO. 13 Abril 2024. Mauricio Cabrera. “Colombia y el futuro del petróleo”), llamó mi atención y la leí con mucho interés y, como todo lo que leo en portales de noticias (y casi todo lo que leo en internet) a beneficio de inventario.

La columna en mención presenta un punto de vista sobre el uso, la demanda y las perspectivas energéticas en Colombia y, como colofón, presenta unas propuestas para enfrentar las situaciones descritas, dentro de las cuales me permito traer a colación la segunda propuesta: “… si el resto de mundo va a continuar utilizando petróleo y gas, Colombia tiene que seguir explorando y produciendo; no tiene ningún sentido que nosotros dejemos de producir el mínimo 0,7 % de la oferta mundial de petróleo, para que este sea reemplazado por los árabes, Venezuela o Guyana sin ningún beneficio para el planeta…”.

Leyendo ese fragmento que les traje a colación, no pude evitar acordarme de mi madre cuando me regañaba diciendo:

 “¡¡Entonces si tus amigos se tiran de un puente, tú también te tiras!!”.

 Y sí, seguir como vamos es tirarse del puente al vacío propio de la hecatombe climática, ecológica y planetaria.

Claro que tiene sentido dejar de explotar y producir ese “mínimo 0,7 %”, creo que la naturaleza nos ha venido dando una pequeña muestra, una cuota inicial, de los que serían los impactos en el clima si seguimos haciendo lo que hemos venido haciendo desde 1850. Tenemos que entender que el uso de combustibles fósiles junto con un estilo de vida excesivo e irreflexivo, dominado por el consumo y la producción como si no hubiera mañana o, como bien lo sintetiza Goergescu-Roegen en Carpintero: “Es como si la especie humana pareciera decidida a llevar una vida corta pero extravagante”, si bien en su momento se consideró la panacea, hoy hay evidencia científica que, con suficiencia, nos está diciendo que no es el mejor camino a seguir si queremos que la vida continue tal y como la hemos conocido y por un tiempo suficiente como para que nuestros hijos y nietos tengan ese mismo privilegio que tuvimos nosotros de conocerla.

Entonces, acá es donde viene el profundo argumento de: si no lo hacemos nosotros, lo harán otros, así que hagámoslo y ganamos dinero mientras, al fin y al cabo; Una sola golondrina no hace verano o, como bien lo dice Pearl Jam en su canción Do the evolution, “…This land is mine, this land is free. I’ll do what I want but irresponsibly… It’s evolution…”.

Pero los grandes cambios y las grandes acciones que cambiaron el mundo jamás fueron hechas por una totalidad, siempre fue una persona o un pequeño grupo quien inició contra corriente y logró cambiar. Me gusta poner el ejemplo de Gretha Thumberg (aunque sé que a algunos no les cae bien) porque es la muestra de cómo una niña de 15 años, un día en Suecia decidió iniciar una huelga en su escuela por su preocupación por el clima (Skolstrejk för klimatet, en sueco, su idioma). Hoy día vemos como esa niña, ahora convertida en mujer, pudo mover el mundo en torno a esa idea. Es decir que una golondrina si pudo hacer verano. Ahora imaginen que no es una niña sino un país, o un grupo de países.

El planeta y la humanidad necesitan líderes que se atrevan a dar ese paso hacia un camino diferente, que dejen de lado esa conducta de rebaño y se atrevan a separarse de la manada marcando una nueva senda. Como bien me decía mi madre en otro de sus cariñosos regaños:

 “yo no te parí para que andes de pendejo detrás de otros”.

NO podemos andar de pendejos esperando a que otros países den ese paso, porque a muchos de esos otros los dominan personas y empresas con mucho poder e intereses económicos mezquinos que ya visualizaron como generar réditos de la situación actual y del desenlace de la misma. Recordemos la película “No mires arriba”, la cual, de manera magistral, mostró esa realidad de los intereses creados y como dominan las decisiones y voluntades de quienes gobiernan.

No podemos seguir poniendo la economía por encima de la vida (lo hicimos en pandemia y los resultados se contaron en millones de muertos y en dólares de incremento en las fortunas de los mismos millonarios de siempre),  la clave está en entender que hablamos de la vida de muchas especies, incluida la nuestra. No cambiar o hacerlo a ritmo de tortuga, privilegiando una lenta transición económica, implica nada más y nada menos, que el trasgredir límites globales que soportan la vida. El último estudio al respecto, publicado en la revista Nature, ya habla que hemos trasgredido 6 de los 9  límites planetarios y muestra que las actividades humanas están impactando cada vez más al planeta y, por lo tanto, aumentan el riesgo de desencadenar cambios dramáticos en las condiciones generales de la Tierra (Rockström, Gupta, Qin,. et al. Safe and just Earth system boundaries. Nature 619, 102–111 (2023). https://doi.org/10.1038/s41586-023-06083-8).

No podemos seguir pensando en NO CAMBIAR, tampoco en posponer nuestro cambio hasta que lo hagan otros. Adaptando las palabras dichas por Ronald Reagan en su discurso titulado “Un momento para elegir”  en 1964: “…there’s no place to escape to. This is the last chance on earth…” (el texto original del discurso decía: “ there’s no place to escape to. This is the last stand on earth”). Y antes de que salga alguien a reclamar por citar a Reagan, quiero aclarar que sus palabras no fueron dichas en un contexto relacionado con el cambio climático y que Reagan fue uno de los grandes promotores de las prácticas y políticas que privilegiaron a la economía por encima de la vida llegando, incluso, a promover la economía a costa de la vida. Vaya paradoja la que he causado al citarlo acá en defensa de todo lo contrario de lo que él profesaba.

Ingeniero Industrial - PhD en Desarrollo Sostenible #SustainableDevelopment #Sustainability

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