Desde el 21 de marzo cuando el CSU llevó a cabo la designación de rector en la Universidad nacional de Colombia, amañada por juegos mentales para algunos (que son la mayoría) y pegada al ordenamiento jurídico para otros (que son los que tienen el poder y no lo quieren soltar). Los estudiantes de la Universidad Nacional entraron en cese de actividades académicas o paro. Se llevaron a cabo asambleas, marchas y la toma del edificio Uriel Gutiérrez por parte del estudiantado.
La toma del Uriel hizo que las actividades que se realizan allí deban hacerse de forma virtual y aunque la pandemia nos preparó para eso, ese edificio – y la casa de algún exrector- parecen ser el centro el centro de poder del mundo académico en la Nacional. Fue “noticia” el “Héroe” que no quiso salir de su lugar de trabajo a pesar de la mediación que la alcaldía de Bogotá y el ministerio del Interior hicieron con él. Existen varios videos en los que el vigilante – gran hermano- que maneja el centro de cámaras y operación de seguridad se rehúso a salir, incluso con el acompañamiento de las dos entidades arriba mencionadas. Vino después la gira de medios del rector designado y la rectora saliente, que aprovechando la coyuntura invitaron al diálogo.
Los medios tradicionales del país hicieron eco, que digo eco, hicieron de altavoz, que digo de alta voz, hicieron de Picó costeño con la noticia del vigilante. Enviaron reporteros y siguieron el minuto a minuto del “héroe” autorretenido, salvo la nota que salió en CM& el día de la marcha, ninguna de los medios tradicionales se comunicó con representantes el movimiento estudiantil o les preguntó ¿por qué están protestando.? La semana inició con mensajes de las directivas de la UN invitando, de nuevo, al diálogo y a retomar actividades mientras se discute, es decir, a agachar la cabeza y a aceptar estoicos que no habrá cambios en este sentido.
La semana pasada mientras los estudiantes de la UN caminaban por la 7ma rumbo hacia la plaza de Bolívar, en la plazoleta mayor del Rosario, lugar en el que se ubica la Universidad del Rosario, estalló un escándanlo por culpa de otro rector. El Dr. Alejandro Cheyne tiene molesta a su comunidad universitaria porque al parecer presuntamente, la universidad está un poquito desfinanciada, por no decir, que está un poquito quebrada. Pero el tema no para ahí, sacaron a profesores muy importantes para la comunidad académica latinoamericana y algunos de ellos incluso, referentes mundiales. Los estudiantes, profesores y egresados ante estas irregularidades decidieron protestar, organizarse, hacer plantones y tomas pacificas de espacios y el 17 de abril hacer gira de medios en todas las emisoras con programa matutino. Hasta Julito puso el grito en el cielo cuando se enteró de que habían sacado al profesor Fernando Quinche de la universidad. Yo celebro profundamente que a la Universidad del Rosario llegara la acción colectiva y que esos muchachos y sus profesores luchen por sus derechos, por el nombre y la reputación de su universidad, así como por el futuro de la misma.
Pero aquí viene el pero…. Pero me pregunto yo: ¿por qué la organización de los estudiantes de la universidad del rosario es de aplaudir? ¿por qué cuando los profesores se manifiestan en contra de las decisiones de la rectoría son unos valientes porque pueden perder su trabajo? ¿Por qué senadores, representantes a la cámara y figuras políticas salen a pedir la renuncia de Cheyne? ¿Por qué hay un sentimiento de indignación generalizado porque se está rompiendo la institucionalidad de la Universidad? Y la más importante, ¿Por qué la cobertura mediática de las dos protestas ha sido diametralmente opuesta en los medios de comunicación tradicional?
No es que yo sea un resentido, casi no, pero resulta curioso ver el manejo de la narrativa de los medios en los dos casos y de cómo se ponen de parte de intereses específicos y muestran “lo que usted debe saber para estar bien informado”. Es posible que la lucha de la Universidad Nacional, que ya está establecida como con un manual o que se volvió costumbre, es decir, marchas, bloqueos y uno que otro bloqueo al tráfico se vea como paisaje, de golpe sería bueno innovar y hacer otras cosas, buscar respaldo en los movimientos populares, con los pueblos indígenas, con organizaciones campesinas, con quienes por consciencia de clase deberían aliarse para ser más visibles. Pero también es importante difundir y comunicar el porqué de su lucha y qué buscan para que la sociedad no se quede solo con un lado de la historia.
Está demostrado que la narrativa de los medios tradicionales es una aplanadora al servicio de quien detente el poder o de quien mueva mejor sus fichas. Es claro que ellos utilizan también su conciencia de clase para hacerse escuchar, de golpe eso falta en la UN.
Fuera de la columna:
En una columna anterior (https://losjuanetes.net/columnas/los-estudiantes-y-la-accion-colectiva/) en esta misma sección me preguntaba hace unos días: ¿lo de las EPS sería un mensaje para los dueños de las AFP?. ¿Vieron que viene pasando con la reforma pensional?