Mil kilómetros de cielo
incendiando tu mirada;
Fiel reflejo de la espada
en la lid de mi desvelo.
Mi alma espías sin recelo
Y yo, santa de burdel
tomo a ciegas tu oropel,
como ramera de iglesia
me excita tu inteligencia;
¡Quiero arder en tu corcel!
Mil kilómetros de cielo
incendiando tu mirada;
Fiel reflejo de la espada
en la lid de mi desvelo.
Mi alma espías sin recelo
Y yo, santa de burdel
tomo a ciegas tu oropel,
como ramera de iglesia
me excita tu inteligencia;
¡Quiero arder en tu corcel!