@SociologoAzul

Escribí varios hilos desde noviembre sobre el posible conflicto Rusia-Ucrania. Resumo honestamente que 1) la guerra era altamente posible 2) la supervivencia de Ucrania estaba amenazada seriamente y sus posibilidades de una victoria eran casi nulas. Sobre lo primero, cuando uno estudiaba el orden de batalla, es decir, la disposición del despliegue ruso, se veía que había unidades traídas muy específicamente a la frontera ucraniana con toda la pinta de un preparativo de invasión. En lo segundo, la geografía estaba en contra de Ucrania porque aparte de una frontera muy extensa no tenía nada de barrera natural; y, militarmente, se encontraba en una situación de supuesta desventaja de calidad de tropas y equipo (no numérica necesariamente, como aparecía en los infográficos de la prensa).

He entendido y entiendo la lógica que puede tener para los distintos actores y ambos bandos en clave geopolítica. La situación llevaba en el mismo estado ocho años, a saber, la anexión rusa no reconocida de Crimea y la rebelión/guerra civil en el Dombás, y en ese tiempo ambos bandos se prepararon: Rusia acumulando reservas monetarias y Ucrania reconstruyendo su ejército a la par que fortificaba al Dombás. Todavía no sé por qué justo el 24 de febrero comenzó la invasión, está el antecedente del bloqueo de la licencia del Nordstream 2 en Alemania. El caso es que para Rusia resultaba inaceptable compartir una frontera tan grande con la OTAN en Ucrania a la par de la pequeña con los países bálticos que pertenecen a la organización, Estonia, Letonia y Lituania. Rusia se veía en una situación inminente donde quedaba en una desventaja frente al competidor nuclear: si alguien te puede atacar antes de lo que tú puedes nuclearmente ya pierdes. Además, esta el Mar Negro, del que hablo más adelante.

Entonces, Rusia empezó la guerra tratando de volver la situación a su favor. En ocho años no se pudo llegar a acuerdo porque ninguno quería renunciar a sus pretensiones, que las tienen ambos bien inflexibles. Aparentemente, diga lo que diga la propaganda, el plan ruso era una victoria fulminante y especialmente rápida. Hubo un momento en el que estuvieron cerca tomando el aeropuerto de la capital con lo mejor de sus fuerzas aerotransportadas, tomaron el atajo de Chernobyl y en poco tiempo tuvieron casi rodeada a la segunda ciudad ucraniana más importante (Jarkov). Pero los días se volvieron semanas, ahora meses, y Kiev no cayo —en parte por la decisión del liderazgo ucraniano de no trasladar la capital— y sí se acumularon las cuantiosas pérdidas rusas, fueran por destrucción o abandono. Vimos un atasco de vehículos rusos que parecía operación retorno de Semana Santa. Aparte del desastre militar y reputacional, el costo para los rusos vino también impuesto por actores no estatales (empresas) de manera muy rápida para acompañar muchas sanciones contundentes de los gringos y amigos. El comportamiento ruso fue muy diferente en esa primera etapa, dentro de lo que es una guerra, muy preciso, sin desatar todo el potencial de destrucción, lo que sí hace ahora en la fase actual.

Al principio la moneda rusa se desplomó, ahora se ha recuperado. Lo que no se ha recuperado como moneda de cambio es la confianza diplomática ni el prestigio militar ruso. Tampoco se ha llegado ni llegará a una desmilitarización de Ucrania o freno de la OTAN. Todo lo contrario. La debacle es evidente. Se le hizo mucha bulla al destructor que se volvió submarino, cuando días antes habían sido afectados al parecer seriamente buques de guerra anfibia con los cuales se amenazaba a Odesa, ciudad muy importante. Por el otro lado, están haciendo fila Finlandia y Suecia para entrar a la OTAN, mientras Ucrania recibe y recibe armamento en diferentes fases y constantemente. Como lo dije, al principio, no parecía que las cosas fueran a suceder así sino al contrario: pudo ser la agresión a Ucrania un gesto intimidatorio efectivo. Y tengo que hacer un paréntesis para mencionar la lógica de machos con las que muchas personas, especialmente columnistas mujeres, interpretaron la coyuntura; pues es un reduccionismo con muy poco valor explicativo para un conflicto donde a la cualquier voluntad le pesan más en las decisiones los recursos que se deben movilizar (+ costes).

En la fase actual del conflicto, la mayoría de las lecturas no cambian mucho y pese a la derrota en la batalla por Kiev asumen que Rusia ganará más temprano que tarde a un alto costo, el punto clave es que se espera que venza Rusia. No, ya no se puede asumir eso, por las numerosas bajas rusas y la voluntad de lucha ucraniana. Se supone que Rusia conectará al Dombás con Crimea y con la frontera moldava en donde se encuentra ocupando la región de Transnitria (indicada con flecha negra en el mapa), quitando a Ucrania toda su costa. Si Rusia no avanzó primero por esta zona mucho más allá en el Dombás controlado por separatistas fue porque por ahí se esperaba el ataque, para el cual se había fortificado la región y se cuenta entonces con una defensa sólida. La intención rusa existe; por algo conservan el avance que consolidaron desde Crimea en dirección Odesa con la ciudad de Jersón como puesto avanzado cruzando al rió Dniéper (ruta con flechas amarillas en el mapa)

Bueno, como lo expliqué en un hilo, es probable que la cosa haya cambiado tanto que Ucrania tenga la oportunidad de revertir la anexión de Crimea de 2014. Tiene a favor que de aquí a los próximos meses cada vez será más armada, cuando sea efectiva toda la ayuda recibida —alistamiento de formaciones blindadas de lo recibido por países ex Pacto de Varsovia, por ejemplo—, y también que la mayoría de Europa, EUA y aliados reconocerían el derecho soberano sobre esa región que se juzga como ilegítimamente anexionada a la Federación Rusa. Si, antes no se hacía mucho frontalmente contra Rusia por parte de Ucrania era por físico miedo a una guerra y falta de equipamiento. Invito a leer el hilo para que vean cómo el actor influyente más interesado tiene tanto motivos para detener la guerra como para continuarla, así mismo herramientas para ambas situaciones.

Se puede resumir así escuetamente:

Claramente Ucrania es quien tiene más que ganar o perder. De seguir, su objetivo sería recuperar todo su territorio. Eso sería bueno para EUA porque Rusia seria anulada navalmente: sin acceso al Mediterráneo por medio del Mar Negro, lo que salvaguarda al Canal de Suez como ruta crítica y la no proliferación nuclear en un área muy extensa por ausencia de vector móvil (submarinos con ojivas nucleares). La Unión Europea es el segundo actor con mayor riesgo de supervivencia pues en la actual situación en cualquier momento como retaliación rusa se queda sin energía y tienen un flujo de refugiados gigante en su lado oriental, el más pobre. En cualquier caso los europeos tienen pinta de estar unidos en las buenas y malas que surjan. Hay que ver también que el interés de EUA es geoestratégico: el fin de ellos debe ser reducir a Rusia para no tener que fijarse mucho en Europa, que los europeos sean más suficientes (no independientes) como aliados y poner su atención en donde sí se define el juego del siglo, Asia-Pacifico. Rusia en todo caso pierde; si se queda territorios, sigue con sanciones; si devuelve territorios, las exigencias puede ser suficientes para volverse irrelevante como potencia de primer orden mundial por proyección europea —en Asia no tiene como competir con China o tener peso propio—.
Por eso último es que ‘no hay vuelta atrás’. Solamente queda para Rusia la huida hacia adelante, hasta agotar sus recursos que pueden alcanzar en un punto crítico el uso de armamento nuclear táctico —no un tipo de bomba que destruye Bogotá pero sí al Parque Simón Bolívar—. La codepedencia con Europa en el mediano plazo la ganan los otros, pues, mientras los europeos pueden hacer una revolución energética y diversificación, Rusia queda aislada de un mercado energético irreemplazable y sería en Asia para China e India un proveedor entre tantos. Rusia apostó, arriesgó, y si es capaz de ganar algo ahora en territorio no se librará de la ilegitimidad eso. Lo malo para el mundo es que aquel país se vuelve más peligroso por tener cada vez menos que perder, como los talibanes pero ortodoxos y con armas nucleares.

Nos sintonizamos en Radio Chigüiro

PS: Se sabrá menos de esta fase de la guerra porque será menos urbana y de más zonas prorrusas, por eso es muy incierto el desarrollo actual.

Coletilla:
Recién empezada la guerra hice una intervención a una escultura del escritor Puskin instalada en Medellín con el auspicio de Gazprom (petrolera estatal rusa). Estoy en contra de cancelar personajes fallecidos como se ha hecho con varios que ni son fuente ideológica del conflicto, ni nada, sino víctimas de una rusofobia que tiene momentos bien absurdos contra artistas, excepto los apologistas contemporáneos (bien pocos). No quería dañar la escultura y lo que se me ocurrió fue cubrirla con un velo que ya debería tener capas adicionales, porque así pasa con la sangre derramada en la guerra que va ocultando todo lo demás mientras la muerte quedan como lo visible.

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