Lo sabía todo

Lo sabía todo

Cómo dar con los milagros,

a tiempo, breve y en el momento justo,

la maestría de sus ojos

encaminaron mis agobiados pasos

y la inmensidad de su sonrisa

era la única verdad

en el pulso de mi día tras día.

_

Sabía que a su lado

me era imposible dormir,

que los domingos nada bien me caían

y que por eso los iniciaba en otro mundo.

_

Cómo no iba a saber de la agonía,

de la torpeza y la tristeza

de un corazón que mil veces calló

y, sin embargo, mil veces comenzaría.

_

Lo que no sabía

es que no había red de apoyo

fuera de sus manos,

que no encontré un mapa de

regreso,

que el sol la última vez sí quemó la piel

y que esa tarde, hasta tarde estuve

como alguna vez pidió.

_

Y me paralicé entre la tregua

y los monstruos de la noche

_

En un cuartico de hotel con todas

las puertas cerradas

para siempre.

Ingeniero y poeta Juniorista San Juan del Cesar, Colombia

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