La pérdida, la ganancia

En esta época, en la que algunos confunden el contacto cero con la ley del hielo, o el autocuidado con el narcisismo, ya no se sabe hasta dónde llega la lucha por la comprensión y construcción en una relación, y cuándo se trata de una lesión permanente a la autoestima y hasta una pérdida de tiempo.

Se habla mucho de las bondades de la comunicación, de cómo lograrla, además, con respeto, consideración y siempre con el cuidado que merece quien queremos. Seguramente es nuestro deseo interno lograrlo, llegar a un nivel de madurez e iluminación emocional digno de ser ejemplo, pero a veces nos imponemos cargas que, de entrada, no podemos llevar.

El ajuste y acople en una relación (la que sea) no siempre es fácil. Con los años nos volvemos remilgosos, chochos y menos tolerantes, cuando la experiencia debería enseñarnos lo contrario, que la comprensión requiere negociación, que no imposición, en donde sabemos qué podemos o no tolerar y, por supuesto, aceptamos que hay cosas que no están bien en nosotros y que dañan a los demás.

Esto no siempre es fácil de aceptar. Es por eso que la paz a veces tiene un costo tan alto, pues por la imposibilidad de negociar, nos vemos obligados a abandonar barcos que creíamos no tendrían puerto de llegada y que dan por terminado el viaje que creíamos eterno.

Pese a lo que digan los demás que, sobra decir, no viven una relación ajena, en estos escenarios se gana y se pierde: se gana en paz, se pierde en alegría, pero siempre le apostamos a que la pérdida sea temporal.

Se impone, entonces, la obligación de reformular qué nos traerá alegría, qué nos llenará la vida, y eso dependerá de qué lobo alimentemos (léase la leyenda cherokee de los dos lobos que luchan[1], es bella). También viene la oportunidad de corregirnos, de sacudirnos la tristeza y continuar el camino con la mejor de las caras y actitudes, porque la vida no se acaba y hay que subirse al mundo de nuevo.

El tiempo pasará, el corazón y el alma sanarán. Volveremos a ser.


[1] https://tucuentofavorito.com/historia-de-los-dos-lobos-que-luchan-leyenda-india-sobre-el-bien-y-el-mal/

Abogada y con un Juan en casa. No vine a hablar de derecho.

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