La instrumentalización del cambio

Esta mañana escuché un episodio del podcast Mujer Incómoda de Vanessa Rosales en donde entrevista a Sara Tufano, socióloga, periodista, estudiosa del conflicto armado en Colombia y columnista del Tiempo, con quien habla de varios temas intrépidos, entre ellos lo que ambas denominan “instrumentalización del feminismo”, aquel fenómeno que hace que una postura de resistencia revolucionaria termine siendo absorbida como instrumento de los mismos sistemas patriarcales que alega repeler. 

Vemos esto en el discurso de la actual vicepresidenta Marta Lucía Ramirez, que se autodenomina feminista pero se suscribe a un sistema completamente machista y discriminatorio. Lo vemos en discursos de personas como Rodolfo Hernández, quien dice defender la causa de las mujeres en su campaña política pero le ha dado cero protagonismo a su fórmula vicepresidencial, la ingeniera Marlen Castillo Torres, (esto sin olvidar que en el 2019  Hernández fue citado a juicio disciplinario gracias a una denuncia por misoginia presentada por un grupo de mujeres de Puerto Wilches ante la Procuraduría). 

Y la cosa es así: el patriarcado acoge bajo su brazo protector al discurso feminista, incluso poniéndole cara de mujer, para domesticarlo y así poderlo controlar garantizando que la la lucha feminista no logre sus objetivos y el sistema patriarcal siga intacto. Pasa igual con activistas de la bicicleta que luchan por una infraestructura vial y cumplimiento a las normas que garanticen la seguridad y bajen los índices de siniestralidad cuando terminan siendo silenciados mediante su nombramiento como gerentes de la bicicleta en el gobierno local.  Pasa con ambientalistas que luchan contra la minería a cielo abierto en los municipios y que son anulados cuando obtienen una silla en el gabinete municipal. Pasa con el activismo animalista al cual los productores de carne responden creando megamercados multinacionales de comida vegetariana. 

Y nos preguntamos entonces qué va a pasar con el gobierno del cambio, si por fin van a lograr silenciar a Francia Márquez montándola a la vicepresidencia ya que no la han logrado silenciar con injurias ni amenazas. Tufano pone sus esperanzas en Francia porque ella encuerpa la interseccionalidad desde su experiencia como mujer negra empobrecida. Francia representa con su vida todas las aristas que la lucha de clases históricamente no ha querido reconocer, aquellas que hacen que las mujeres hayan tenido que armar rancho aparte dentro de los movimientos civiles porque no se sienten valoradas ni representadas por sus compañeros de lucha. Aquellas que compartimentalizan las diferentes identidades dándoles más valor a unas que a otras. Aquellas cuya negación en últimas perpetúan la inequidad social. 

En su columna de El Tiempo de mayo 24,2022, Tufano dice: “A Francia, quien viene del movimiento social, la atraviesan múltiples luchas; su sola presencia en la política electoral es revolucionaria. Ella ha sabido ir más allá del “antiuribismo” porque sus luchas demuestran la necesidad de combatir, de manera simultánea, el machismo, el racismo, el clasismo, la homofobia, la transfobia”. 

¿Quién garantiza sin embargo, que siguiendo la misma lógica de instrumentalización que Tufano aplica al feminismo en su entrevista con Rosales, la vicepresidencia no termine también instrumentalizando en Francia Márquez el racismo, el clasismo, la homofobia y la transfobia? 

Amo a Francia y voy a votar por ella así en el combo también me incluyan a Petro. No me gusta lo que estoy diciendo en esta columna, quisiera no haberlo escrito, pero es lo que se me vino a la cabeza cuando escuché el podcast y es lo que me ha mortificado todo el día. Sé cómo se siente uno por dentro cuando no hay más remedio que escribir.

PS: Les quedo debiendo el análisis teológico de mi reflexión de hoy. Al parecer Dios se tomó unas vacaciones. Quizás tampoco le gusta lo que digo en mi columna.

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