Recuerdo una rotación que hicimos en la universidad a una clínica de Medellín en la que conocí a una mujer de 22 años que estaba allí porque su hijo de año y medio había estado enfermo, pero para ese momento ya iba a recibir el alta. Sin embargo, ella estaba muy angustiada porque no encontraba como preguntar si era posible que la ingresaran a ella con alguna excusa y hacerle una ligadura de trompas, sin que su esposo se enterara.
Esta mujer de 22 años ya tenía 6 hijos, había pasado casi toda su adolescencia pariendo y en ese momento estaba embarazada de nuevo. Su esposo, no le permitía planificar y estaba dichoso con su gran familia. Ella, se sentía miserable. Estaba cansada. nunca participó en la decisión sobre maternar, simplemente la pusieron a parir, pues su rol como mujer era darle hijos a su esposo. La respuesta de la institución fue que no, porque estaba embarazada y no aplicaba para ninguna de las 3 causales para interrumpir el embarazo y operarse. Ese día quede muy angustiada, por ella, por otras mujeres como ella. No era que quería abortar, simplemente no quería tener más hijos, no sabía cómo evitar que la siguieran usando como incubadora y nadie la acompañó.
Para mí, que he estudiado, que tengo claros cuales son mis derechos, tengo acceso a la información y a métodos anticonceptivos, si en algún momento llegará a necesitar un aborto no enfrentaría mayores barreras, pues puedo reconocerlas y sé como sortearlas si se presentan. Pero esa soy yo. La realidad es que son demasiadas mujeres en Colombia que no conocen sus derechos, que hombres con o sin bata blanca deciden por ellas sobre sus cuerpos y proyectos de vida, que no tienen los recursos para acceder a un aborto de forma segura ni el conocimiento de cómo hacerlo y cuando medio lo logran, ponen en riesgo sus vidas o mueren, pues tiene que ser barato y por fuera del sistema de salud para no terminar señaladas como delincuentes. Y ni hablemos de niñas y adolescentes que son abusadas y forzadas a parir. Deben renunciar a su infancia y adolescencia para maternar o para morir, ya que el riesgo de muerte materna en niñas y adolescentes es muy alto. Pero esas vidas, para un sistema patriarcal no importa.
Despenalizar el aborto implica fortalecer la educación sexual y reproductiva, orientar todos los esfuerzos a que las mujeres eviten llegar hasta allá. También, implica reconocer la maternidad como un derecho y no como una obligación. Es reconocer la autonomía y la dignidad de las mujeres, así como nuestro derecho al disfrute de nuestra sexualidad y a sentir placer sin ser castigadas, ya que – por si aún no es claro – los anticonceptivos no son 100% seguros.
La respuesta para los embarazos no deseados no puede ser la abstinencia, pues eso es una negación del derecho al placer y un desconocimiento de las violencias de las que somos víctimas. Tampoco puede ser un proceso judicial, pues no somos criminales por decidir, somos mujeres y los derechos humanos también son para nosotras. El delito del aborto es sexista y misógino. Solo nos castiga a nosotras por ser mujeres y la razón del castigo es el querer decidir y además, ser castigadas o no depende de una autoridad ajena a nosotras y nuestros sueños. Es patriarcal.
La despenalización del aborto no obliga a nadie a abortar, al contrario, enaltece las maternidades deseadas y por tanto, facilita las infancias felices que serán adultos sanos. Y, además, nos permite avanzar en derechos humanos, sexuales y reproductivos, para todas, todes y todos, dando pie, a la larga, a una sociedad más saludable.
Esperamos que la Corte Constitucional haga historia y elimine el delito del aborto, por las 90 razones del movimiento Causa Justa, por todas las razones que se han manifestado en las últimas semanas, por:
- Por todas aquellas mujeres que se vieron forzadas a parir, una o muchas veces.
- Por las mamás que tienen hijos deseados, sí, deseados.
- Por las mujeres que murieron pariendo por embarazos de alto riesgo porque les negaron un aborto.
- Por las que murieron en abortos clandestinos.
- Por las niñas obligadas a renunciar a su infancia y maternar.
- Por las niñas y adolescentes que han muerto por ser obligadas a parir.
- Por las que queremos disfrutar nuestra sexualidad sin temor a ser torturadas con una maternidad no deseada.
- Por las que cargan con antecedentes penales por decidir sobre sus cuerpos.
- Por las maternidades deseadas y la sexualidad libre.
Razones para decir #CorteAbortoSí, hay de sobra.
