EL “DESTINO MANIFIESTO” CLIMÁTICO.

Días atrás escuchaba la conferencia de un alto ejecutivo de una de las más grandes empresas generadoras de energía eléctrica del país y la principal de este departamento. El tema, el papel de la energía y las empresas generadoras en la sostenibilidad de la Región.

No niego que, desde algunos años cuando escuché decir que las proyecciones de crecimiento de la demanda de energía eléctrica tendían a infinito, me empezó a llamar mucho la atención este tema y, tal vez por eso o tal vez por mi curiosidad y ganas de aprender cosas nuevas y tratar de ver el mundo desde diferentes perspectivas, me animé a entrar.

Ya adentro, me acomodé en la parte de atrás para estar cerca de la cafetera y de unos pasabocas que estaban dispuestos para consumo a voluntad de todos aquellos que decidimos entrar y, por qué no decirlo, de la salida, por si algo ocurría y debía alejarme de la forma más expedita posible. Todo iba bien hasta cuando dijo:

“…nuestra [de Colombia] matriz de generación energética es una matriz limpia, la mayor parte de nuestra energía eléctrica proviene de hidroeléctricas. Pero, también tenemos y estamos construyendo centrales térmicas para generación de energía a partir del carbón. Y eso no está mal, tenemos el recurso [carbón] y, además, nosotros [Colombia] generamos menos del 1% de las emisiones globales de CO2, así que, ¿por qué no aprovechar el recurso ya que no causamos casi impacto?”.

En ese momento sentí un algo que solo puedo describirlo recordando a nuestro querido Homero Simpson: “Sentí ñárñaras en el occipusio y las falangetas”. Indignado por tal atrevimiento de oración, levanté mi mano para plantear los interrogantes que semejante despropósito causó en mí. Pero, creo que derivado de mi posición en el auditorio y a que en una mano sostenía un café y en la otra un pasaboca, fui ignorado o no visto por el moderador del evento y no pude presentar mis querellas como debía ser. Así que decidí vincularlos a todos ustedes, mis queridos lectores, en esta aventura de presentar mis argumentos con la esperanza que sea más que un soliloquio y que, algún día, seamos capaces de entender que el cambio climático es un problema sinérgico y de abordaje holístico, recordando a nuestros queridos amigos Émile Maximilien Paul Littré y Sócrates o, más recientemente, a nuestro muy apreciado Ludwing Von Bertalanfy.

Para responderle a nuestro conferencista, primero hay que entender que el cambio climático es un problema sistémico y que no se limita a la emisión actual de CO2, también involucra su acumulación en la atmósfera, las dinámicas naturales del planeta, entre otros elementos y que su origen es, mayormente, producto de la acción antrópica. Dicho de otra forma, así como a nuestras costas llegan las arenas del desierto del Sahara (ubicado en el continente africano a unos 10.000 km de distancia), también padecemos los efectos de las emisiones de CO2 generadas no solo por nosotros sino, también, por otros países en otras latitudes, es decir que nuestra vulnerabilidad ante el cambio climático no se deriva, exclusivamente, del CO2 que nosotros de manera individual generamos y, para hacer más dramática la cuestión, de acuerdo con la ONU, estamos entre los países más vulnerables a este fenómeno (Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible. ¿Cómo afectaría el cambio climático a Colombia en los próximos años? abril 22, 2023). En otras palabras y, para aquellos que aún no han entendido cómo es la cosa, importa un carajo que estemos entre los que menos emiten CO2, estamos entre los más jodidos por las emisiones mundiales. Entonces sobreviene la pregunta: ¿con qué cara vamos a pedirle al mundo que reduzcan o no generen emisiones de CO2 porque nos están jodiendo? A sabiendas que nosotros hemos decidido aumentar nuestros niveles de emisión porque “estamos produciendo poco” (esto último léase con voz de como cuando estamos imitando a un pendejo).

Colombia no es un país “sui generis”, no somos ninguna excepción. Si tomamos los países que emiten menos del 1% de CO2 a la atmósfera, cifra dada por nuestro reputado conferencista, encontramos un total de 180 naciones, las cuales aportan un total acumulado equivalente al 21 % del total de las emisiones mundiales de CO2 (Banco Mundial, 2021). Y, si hilamos más delgado, nuestro país en ese mismo año emitió 79,0576 millones de toneladas de CO2, correspondiente al 0,3616 % del total mundial. Casi nada, diría nuestro conferencista y uno que otro personaje algo limitado. Pero otros 150 países emitieron lo mismo o menos y sus aportes sumados equivalen al 10,22 % de las emisiones globales. A 2023, las emisiones mundiales de CO2 aumentaron hasta llegar a un nivel récord de 37,55 millones de toneladas y, de esas, Colombia aportó un 0,6 %, lo cual nos lleva a aumentar el vecindario de los países con los cuales compartimos los mismos o menos “valores bajos” de emisiones a 167 naciones. Es decir que no somos la excepción, nuestra singularidad es compartida por más de 150 países, algunos de ellos las economías más desarrolladas del mundo.

Así pues, decir que “emitimos poco y por eso podemos aumentar nuestro nivel de emisiones” como argumento para no participar de los acuerdos mundiales de reducción de emisiones de CO2 bajo el supuesto de que somos diferentes a los demás y, por lo tanto, una excepción, es tan válido como aquella doctrina del “Destino Manifiesto” que usó Estados Unidos como justificación para anexionarse buena parte del territorio de México e invadir otros tantos países, aduciendo que era su destino, y de nadie más, apropiarse de ellos y cambiar las fronteras del mundo.

Ahora bien, retomando la conferencia, la respuesta a la pregunta que nuestro conferencista planteó como colofón a su intervención, es: porque ese cuento de ser la excepción para continuar haciendo las cosas mal no es un argumento válido; porque cuando la diferencia de uno es la misma de todos, ninguno es diferente; porque el cambio climático debe ser visto desde una perspectiva global, sistémica, holística y sinérgica y, bajo esa perspectiva, mal hacemos cuando miramos solo una parte y obviamos su interacción con las otras y con el todo. Porque si queremos un futuro climático es hora de actuar sin ambages.

Ingeniero Industrial - PhD en Desarrollo Sostenible #SustainableDevelopment #Sustainability

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