Decolonización o Destraquetización

Una característica muy interesante de los movimientos sociales radica en que no son solamente demostraciones de descontento social per sé, sino que pueden llegar a configurarse como el nacimiento de algo nuevo. Estos movimientos sociales tienen la capacidad de construir, mejorar o eliminar circuitos políticos a través de medios de comunicación y formas de representación de poder, como la desaparición de una revista por la obsesión de su directora o la caída de una estatua y la aparición, en ambos casos, de cosas nuevas.

El surgimiento de los movimientos sociales hace parte del desprendimiento de la relación saturada del poder y el saber. En este sentido se puede entender a los movimientos sociales desde el enfoque de la acción colectiva que desafía las estructuras de dominación y/o sujeción. En conclusión los movimientos sociales construyen, crean y transforman circuitos políticos y estos circuitos políticos están llenos de representaciones; artísticas, culturales, económicas, sociales, territoriales y ambientales.

La protesta, como todos los hechos sociales de la humanidad responde a estrategias de dominación y control, la guerra también. El bombardeo a Guernica en la guerra civil española por ejemplo, no solo fue real sino que además tuvo como motivación asestar golpes simbólicos y experimentales en términos de la lucha civil. Por un lado atacar a las vascongadas que tenían un fuerte imaginario nacionalista al País Vasco y su lucha por la independencia y por el otro, establecer como estrategia de dominación el miedo y fortalecer el espíritu nacionalista hacia la España Franquista fundado en la hegemonía propia de una dictadura.

Durante la guerra civil española y las posteriores guerras superpuestas de Europa y el Pacífico, conocidas como la segunda gran guerra, se llevaron a cabo bombardeos a poblaciones civiles de manera indiscriminada. A diferencia de otros bombardeos como los de las Cabras, Hiroshima o Nagasaki, el bombardeo de Guernica no fue sometido a censura sino que fue público desde el principio, cambiando la narrativa de los hechos ocurridos en la cual, el bombardeo no fue causado por los alemanes sino que la ciudad fue destruida por las vascongadas. Y aparece este término maravilloso de la narrativa, misma que nos meten a la fuerza desde los medios de comunicación que determinan que está bien y que no (por eso estas leyendo esto querido lector, porque es una forma de resistencia de gente como tú).

 

Para algunos, tumbar estatuas de colonizadores y opresores es resignificar los espacios y cuestionar la importancia que se dio a quienes a sangre y fuego ocuparon lugares sagrados para los pueblos indígenas y así alterar la narrativa de la historia a su beneplácito.  Para otros es puro y llano vandalismo. Sin embargo, en los últimos días, sobre esos espacios vacíos aparecieron nuevas representaciones y resignificaciones de lo que puede ser la voz propia del artista, pero al mismo tiempo es voz del movimiento social, de la acción colectiva  y de lo que ocurre en la calle. Lo vimos con la estatua en honor a Dylan Cruz, la Avenida Misak, la Cabra en Cali e incluso el cambio de nombres de Puerto Resistencia en Cali y recientemente el Portal de la Resistencia en Bogotá. Lo simbólico se puede convertir en imaginario social (desde Castoriadis, no le eche cabeza a cosas imaginarias).

 

Hay una relación subjetiva del arte con el conocimiento y podría decirse que con la identificación ideológica de quien lo contempla. El que algo sea considerado “bello”, “agradable”, “artístico” o “histórico” tiene una relación directa con lo que piensa, vive, conoce y siente el observador. Así que apropiando las palabras del poeta Ramón de Campoamor “En este mundo traidor nada es verdad ni mentira, todo es según el color del cristal con que se mira”, es decir, cada apreciación parte del conocimiento y la subjetividad del ser, de quien la realiza. Por ende ningún enfoque o análisis de una obra podría ser correcto o incorrecto y eso es porque está relacionado de manera subjetiva, intima y personal por quien vive la experiencia. Estas experiencias están determinadas por el contexto social y cultural del individuo, así como el acervo de conocimiento que este tiene, por ende cada una de las apreciaciones y las acciones que se ejerzan será subjetiva.

El contexto influye de una manera particular y profunda, si bien, la apreciación del arte es subjetiva puede ser una forma de posicionamiento político, una reivindicación de derechos y libertades, una muestra viva de la representación de la sociedad y su conjunto, un grito de la historia o de la sociedad que clama por ser escuchado y que busca representar de una forma diferente la realidad para quienes no han sido capaces de verla y/o han sido nublados por ella.

Habría que analizar entonces si buscar decolonizar la historia de parte de los más oprimidos es vandalismo, o si sumercé está del lado de la gente de bien, de la gente divinamente que afirma tener 25 mil armas en una comuna en Cali, pero que no las quiere usar porque no quieren causar una guerra civil. En cuyo caso la transición que debemos hacer en la sociedad colombiana no es la de decolonizar nuestros espacios vividos y representaciones históricas, no será el buscar ser mas equitativos y consolidar la paz, sino por el contrario será la de destraquetizar a nuestra sociedad y reconstruirnos desde los escombros de una ética perdida una sociedad menos enferma.

 

Pd. El paro sigue y no se pueden olvidar a quienes han sido asesinados en medio de las manifestaciones, a los desaparecidos, a los violentados y a quienes han perdido la vista pero no la visión. Gracias por la resistencia.

Zoociólogo (zootecnista + Sociólogo) papá de SGE, esposo de Natalia, lector de cuentos para 😴 Padawan de phd en Estudios Sociales. estoy en @biodiversoscol

También puedes leer