Busco en los astros lo que está en la piel,
busco en el reloj lo que está en el alma
busco en el movimiento, lo que está en
la calma.
Busco en los rincones, sin saber
qué quiero hallar.
Busco,
busco,
me adentro,
y lo único que encuentro
es la bendición de tu palabra,
esa voz diciendo:
“deja ya de morir”