La ciudad se derrama
en medio de mi almohada
el mar se alebresta,
el viento se detiene,
la luna llora de rabia.
En medio de las sombras
grita el silencio de tu silencio,
me define la sombra de tu sombra,
me besa la nada de tu nada.
Me encierro en este cielo inhabitado
donde espero la bendición de tu palabra;
alfabeto, frase, libro del universo.
Tu palabra, promesa rota que no conoces,
escudo y arma que no necesitas.
Porque tu mano y tu rostro son silencio,
un divino silencio que roza y ama el universo,
el silente universo que no habla con palabras,
El sublime silencio, siempre.