Si preguntamos ¿Qué significa navidad?, las respuestas genéricas por excelencia tendrán las palabras familia, fiestas, comida, trago, música, regalos y luces. Y sí, diciembre está cargado de todo eso. Tenemos reencuentros familiares que son absolutamente maravillosos y deseados, especialmente después de dos años de pandemia. Es una temporada mágica para desconectarnos y fantasear con un año mejor, de nuevos retos mientras cerramos el actual con todas sus alegrías y dificultades. También hay comidas y música que por tradición es un sacrilegio que aparezcan en otra época del año, aunque perfectamente podrían. Decoramos todo con exceso de luces y gastamos una buena cantidad en regalos para las personas que queremos (y las que no tanto). El trago si está presente todo el año, pero en diciembre tiene un sabor especial. Y así, estamos viviendo un mes en el que se cierran ciclos y se inician nuevos, aunque no sea literal.
Al mismo tiempo, es una temporada de retos para la salud mental. Las festividades se vuelven la justificación para aguantar de todo y no debería ser así porque termina siendo una época tortuosa que empaña con un silencio ruidoso el inicio del nuevo año. Por eso, vale la pena repasar algunos aspectos para cuidar la salud mental individual y familiar en esta época.
Que los deseos para el nuevo año sean deseos, no mandatos.
La autoexigencia es una de las grandes enemigas de la salud mental. Podemos hacer mil planes para el 2022 o solo 1 muy bien organizado, pero la realidad es que no tenemos idea de que va a pasar, el 2020 nos enseñó eso. Planeemos, soñemos, deseos, sin que eso se convierta en una camisa de fuerza. Vamos a darle permiso a un poquito de incertidumbre en nuestra existencia e iniciemos el año con calma.
Que el año electoral no haga del reencuentro una decepción.
El inicio extraoficial y violento de la campaña electoral se suma al cansancio pandémico y si eso lo llevamos a las familias que, por homogéneas que sean, siempre tendrán aunque sea un miembro con una preferencia política diferente al resto. No permitamos que esto nos dañe las fiestas y los reencuentros. Quienes hacen política no se dañan la navidad por ustedes, ustedes no se dañen la suya por elles, que bastante duro nos ha tocado en los últimos dos años.
Es una época para traicionar al patriarcado.
Al tío, abuelo, amigo acosador lo podemos señalar. Por supuesto que causará conflicto, pero ayudará a cuidar a todas las mujeres de la familia. Alzar la voz en la familia por la política es inútil, pero alzar la voz por la seguridad de las mujeres es vital.
Eviten las opiniones no pedidas sobre los cuerpos ajenos.
Créanme que quienes han variado su peso son conscientes de ello, no necesitan que se lo digan, a nadie le hace bien que le estén recordando que su peso ha cambiado o si encaja o no en los estándares particulares de belleza. Cierren el ciclo asumiendo el riesgo de plantear conversaciones diferentes a la apariencia física de sus familiares y así, faciliten que todas, todos y todes terminemos el año de finalizar el año sin esas incomodidades. Arriésguense, hablen del clima, de la decoración, de su propia apariencia, dejen a les demás quietes.
No molesten preguntando que para cuando el matrimonio y les hijes.
De nuevo, que sea una navidad para traicionar al patriarcado. Dejen de ver a las mujeres jóvenes de su familia como incubadoras andantes. Pregunten por sus sueños, sus deseos, sus metas profesionales, si en ellas surge el tema de un embarazo celebren, si no, calladites se ven más bonite. Cómanse un buñuelo cada que quieran preguntar por eso.
Cuiden y acompañen a las personas que están viviendo un duelo.
Esta época es horrible para quienes están en duelo. No presionen para que estén felices o que acudan a las fiestas. No se tomen personal las negativas a las invitaciones. No fuercen a nadie a escuchar música o hacer parrandas. Dejen que las personas vivan sus procesos, incluso en la temporada en la que todo está disfrazado de felicidad.
No usen pirotecnia.
La salud mental se mide, en gran parte, por la capacidad de cuidarse a sí mismo y de cuidar a otres. Quienes usan pirotecnia solo demuestran una falta de autocuidado absurda y un desinterés absoluto por el bienestar de les otres, especialmente de las mascotas que son inocentes de todo.
Ojalá elijan vacunarse.
Necesitamos seguir avanzando en el control de esta pandemia que nos puso la vida de cabeza. Y si no se quieren vacunar y no quieren que sus familiares se los exijan, entonces no le exijan a elles que se reúnan con ustedes, respetemos las posiciones y los miedos de cada quien.
Agradecer por un año más lleno de experiencias siempre vale la pena.
Yo agradezco por esta oportunidad de ser parte de Les Juanetes y poder compartir con ustedes algunas cosas de mí. Gracias por leernos y seguirnos. 200 columnas y aproximadamente 20 mil visitantes no es poca cosa y se agradece, espero en el nuevo año nos sigan acompañando.
Para quienes esté ha sido un año feliz, les deseo una Feliz Navidad y un Feliz Año Nuevo. Para quienes no ha sido un año feliz, por cualquier causa, les deseo una navidad tranquila y un inicio de año ameno. Nos leemos en enero.