Mira el temporal,

parece que llueves.

Aprendí de mi abuelo

a predecir la tormenta

y tú me enseñaste a amar.

Que lo fueras,

que la vida, como nubecita gris,

vuelve y va, y nos tiene,

que las sombras son pa’

comérselas y los rincones

pa’ las quimeras,

que la pulsera, que las flores,

que la lluvia, que las velas,

la última cereza que se comparte,

que la luna sincera,

la lágrima que cae y baña

los labios mientras la canción suena,

que los ojitos de miel,

que sostener la mirada,

taxi, hotel, trabajo, tarde, noche,

encanto, aviso, hace un mes,

un charco, dos vasos, tres voces,

el miedo, aguantarlo, callarse,

apura el paso que huele a luna,

vuelve que te confundo,

sal, llega, por favor no, falso,

por favor espera, qué tal si,

qué tal no, si supieras,

¿Me quisieras?

Salpica mi espalda de azul,

tus manos son más grandes

que las mías, ¿Lo recuerdas?

Amor, no me digas amor,

quédate, vive, toma, come, bebe,

vienes, voy, no vuelvas,

hoy, esta tarde, no mañana,

mangas, cuello, pecho,

cadera y amarillo,

¿qué te llevas de todo esto?

siento, no quiero, quiero,

me muero, silencio,

espera, espera y espera

que estoy lavando la ropa

bajo la lluvia

y qué sería del mundo

que somos

si el sol apareciera.

Ingeniero y poeta Juniorista San Juan del Cesar, Colombia

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