Te vi desplumar al sol
y creí locamente en
bailar con las sombras,
también sentí como
soplabas en cada mancha
y crecían y crecían
raíces y chorros de colores
que me hicieron creer
en el peso de la poesía,
aposté lo que tenía a
la siguiente canción
que corrió sobre nuestras
venas hasta dar con
el corazón
como una vieja broma
que funciona.
_
Y bailamos. Bailamos.
Nada más que bailar.
En una noche de mil
años, en un cajón
que no volverá a abrirse.
_
Al final del final
te fuiste a la cama
cansada,
yo seguí bailando
con tu sombra
y soñando. soñando.
Nada más que soñar.
En cómo se vería
el horizonte
desde tus hombros.
________________________________________________________________________________________________________________