Te vi desplumar al sol

y creí locamente en

bailar con las sombras,

también sentí como

soplabas en cada mancha

y crecían y crecían

raíces y chorros de colores

que me hicieron creer

en el peso de la poesía,

aposté lo que tenía a

la siguiente canción

que corrió sobre nuestras

venas hasta dar con

el corazón

como una vieja broma

que funciona.

_

Y bailamos. Bailamos.

Nada más que bailar.

En una noche de mil

años, en un cajón

que no volverá a abrirse.

_

Al final del final

te fuiste a la cama

cansada,

yo seguí bailando

con tu sombra

y soñando. soñando.

Nada más que soñar.

En cómo se vería

el horizonte

desde tus hombros.

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Anacronismo. D.H. Corazón rojo San Juan del Cesar, Colombia

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