Entre el Cielo y el Facebook

Los movimientos sociales están sustentados en teorías de acción colectiva y generalmente tienen un enfoque holista y comprensivo y pueden definirse como una forma particular de conducta colectiva Di Tella (2004: 489). Este mismo autor plantea que los movimientos colectivos son diferentes de las acciones colectivas, en la medida en que muchos individuos definen sus acciones e identidades no solo en relación con los sistemas productivos, sino que hay en ellos otros valores, motivaciones y cuestiones relacionadas con el género, la religión, la etnia y desde la teoría de los imaginarios sociales me atrevería a decir, que desde las percepciones y opiniones que se realizan sobre una causa particular, real o imaginada también se pueden establecer o llevar a cabo acciones colectivas.

Las nuevas tecnologías de la información han modificado el carácter de los movimientos sociales y por tanto de las acciones colectivas. Sin embargo, el análisis debe estar mediado por la conceptualización y la contextualización sobre el cómo funcionan estas nuevas tecnologías de la información. La democratización de la red en un país como Colombia ha permitido que desde la sociedad civil se produzca control social a hechos específicos en tiempo real. Y esto mismo ha permitido que no se minimicen las acciones de ciertos grupos políticos, de grupos al margen de la ley, de estructuras criminales en incluso de las fuerzas del orden.

Un ejemplo de esto está relacionado con las formas de actuación de la policía nacional y de “la Gente de bien” que, apoyados por el actual partido de gobierno y en medio de la coyuntura que vive Colombia ha mostrado su verdadera cara. La pregunta es: ¿Están mostrando su verdadera cara? o era que antes ¿no existía la  inmediatez de información que hoy dan las redes sociales?

El centro democrático -que tiene de centro el nombre por un tema de marketing y de democrático el apellido por voluntad del faraón-  repitió en el poder después de ocho años sin haber gobernado la Nación. Durante esos 8 años la democratización de internet y la aparición de las redes sociales (que están mal traducidas, del inglés Social Media, sería algo así como los medios sociales) han permitido que las personas se informen en tiempo real sobre dichas actuaciones. Cada persona con un celular, que tenga cámara y conexión a internet puede en tiempo real captar en video o fotografías algún hecho que esté sucediendo y compartirlo sin que tenga que ser depurado por los medios de comunicación. De esta manera la información se hace pública y las formas de actuación de los políticos, los policías, los marchantes, la gente de bien, la minga, el ejercito, la primera línea, etc. también se hace pública y eso genera descontento, indignación, emociones positivas, amargura, dolor, desesperanza o emociones positivas en la sociedad civil.

En este sentido, se han logrado identificar acciones de abuso de la fuerza pública, ataques contra poblaciones civiles e incluso actos de corrupción. Sin embargo, el poco filtro que se hace sobre la veracidad de la información también ha generado que esta se repita sin control, sin contexto y sin fuentes verificadas asociadas a la imagen. Durante el paro nacional que al momento de escribir esta columna lleva 34 días de protestas, se ha visto de todo; desde el ciudadano de bien que afirma tener 25 mil armas en una comuna de Cali, hasta imágenes de un joven de 16 años incinerado en medio de las protestas.     

En medio de todo esto, es entendible, que cuando haya crisis los grupos sociales busquen lideres a quien seguir, busquen inspiración y las necesidades de cada grupo son las que determinan cuál va a ser el tipo de liderazgo que necesita cada cual. En el caso de las protestas y el paro nacional, una muestra clara de que los medios tradicionales no están haciendo su trabajo periodístico con independencia; es que los canales alternos o fuentes informales suplen esa necesidad a través de acciones colectivas de las mismas personas que a través de su celular se vuelven una fuente de información en tiempo real.

No en vano en menos de 24 horas se logró identificar al ciudadano y empresario, “gente de bien” que disparó contra los manifestantes en Cali, que al verse descubierto y siendo el motivo de indignación de la comunidad nacional, grabó un video pidiendo perdón y ahora tiene en su cuenta en twitter (abierta hace pocos días) más seguidores que muchos colombianos como usted o como yo que actuamos sin violencia y que no tenemos parlante para aumentar nuestra voz a través de los canales “oficiales” o tradicionales, porque al día siguiente en Blue Radio – yo también estaría triste de estar ahí- le abrieron el micrófono para pedir perdón por disparar y no valorar la vida. Su disculpa es que fue un error; valdría la pena aclarar que error, es ponerse medias de diferente color; disparar contra alguien es atentar contra su vida y al menos en nuestro ordenamiento jurídico eso es un crimen.  

Por acción de los medios sociales (Twitter, FB, IG) también fuimos testigos del atropello cometido contra el músico caleño Álvaro Herrera Melo, detenido por sospecha, separado de su corno y judicializado. Una vez más por medio de los medios sociales a través de acción colectiva y el apoyo de la primera línea jurídica y personalidades nacionales que han cobrado relevancia en medio del paro (gracias por eso) se logró su liberación. Igual que los Kpopers de quienes me declaro fanático y aunque hay un par de promotores mayorcitos, son muestra de su espíritu joven.

El país es muy diferente al que gobernaron hace 20 años y estos jóvenes tienen otras herramientas, son de otra generación (quiero decir somos pero me siento mayorcito) los medios sociales cambiaron las formas de la acción social y colectiva, está demostrado que cambiaron la forma de hacer política, porque entre el cielo y el Facebook no hay nada oculto.


Zoociólogo (zootecnista + Sociólogo) papá de SGE, esposo de Natalia, lector de cuentos para 😴 Padawan de phd en Estudios Sociales. estoy en @biodiversoscol

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