RESPUESTA A UN ESTUDIANTE

El curso de Cambio Climático fue uno de los de mayor recordación y agrado de todos los que cursé durante el desarrollo de mi doctorado, no solamente por lo interesante y actual de la temática, ni por el espectacular profesor que la oriento de manera magistral (que por cierto fue mi primer asesor de investigación y creo que fue el de nuestro editor en Jefe, Juan David), sino porque trae a mi memoria recuerdos de cuando estaba leyendo una cantidad de documentos para preparar la clase y la investigación en torno a este tema mientras viajaba en un espectacular Frecciarossa.  Esto lo cuento, no solo porque no tenía ni idea de cómo empezar a escribir esta columna, sino porque en medio de una clase, uno de mis queridos estudiantes me hizo una pregunta que me llevó a esos momentos de lectura y de darle rienda suelta al pensamiento.

“Profe, en el marco del desarrollo sostenible ¿por cuánto tiempo debe ser sostenido ese desarrollo? Y ¿eso que tiene que ver con el cambio climático?” esas fueron las preguntas de mi querido estudiante, las cuales, aunque parezcan inocentes u obvias, resultan ser el quid del asunto, como dirían los intelectuales, o el pollo del arroz con pollo, como yo digo (aunque también me lo sé con coco o con camarones). Y la verdad sea dicha, es esa parte en la que no nos hemos podido poner de acuerdo como humanidad. El desarrollo sostenible es producto de la yuxtaposición de dos términos: desarrollo y sostenible (admito que esto si es obvio) y cada uno tiene su propio significado y aporte a la expresión. Particularmente, sostenible hace referencia a que pueda ser soportado en un horizonte de tiempo determinado.

Acá hago un paréntesis para contarles que esta parte ha sido objeto de debate por más de 40 años, desde cuando en 1980 en la World Conservation Strategy of the International Union for the Conservation of Nature se resalta este concepto casi por primera vez, y luego, en 1987, se define formalmente mediante el informe “Our Common Future” y el cual fue adoptado por la ONU como concepto. Resulta que su definición parte del término “sustainable”, el cual, en su traducción puede significar sostenible o sustentable y, ambos términos se refieren a cosas diferentes. Mientras que sustentable hace referencia a que pueda ser defendido o argumentado con razones (sustentar una tesis), sostenible hace referencia a que pueda ser mantenido durante un tiempo, sin agotar los recursos. ¡Y en esto se han pasado alrededor de 40 años, en la discusión de si es sustentable o sostenible! Con razón nos cogieron ventaja el cambio climático y la desigualdad (entre otros). Y mientras no se hace nada por estar discutiendo, aquellos que si son pragmáticos siguen llevando el estilo de vida y patrocinando el modelo de desarrollo que nos tiene como nos tiene y, de vez en cuando, atizan el fuego de la discusión para mantenernos distraídos de lo fundamental. Cerrado el paréntesis.

Continuando con la pregunta de mi estudiante, la clave está precisamente en cuánto tiempo se va a sostener el modelo de desarrollo. Goergescu-Roegen en Carpintero (2007:5 1) dice: “Es como si la especie humana pareciera decidida a llevar una vida corta pero extravagante” o en una versión más común, en Twitter circula un meme que dice algo así como que tengo el dinero suficiente como para vivir el resto de mi vida tranquilo… suponiendo que mi vida se termine mañana. Estas dos frases resumen bien la situación y la importancia del horizonte de tiempo. Me explico, si queremos (como humanidad) vivir unos pocos años más, pues seguimos por el mismo camino y hacemos las mismas cosas que hemos venido haciendo. Muy seguramente no duraremos mucho en la faz de la tierra. Si queremos vivir aun menos, pues intensificamos nuestras acciones, aumentamos nuestro consumo despreocupado de combustibles fósiles, arrasamos a una taza mayor con los bosques y selvas naturales, las otras especies animales (porque parece que hemos olvidado que nosotros somos animales también, así en un arranque de soberbia y vanidad nos hayamos autodenominado “sapiens” o sabios y nos autoconsideráramos por encima de las demás especies con las que cohabitamos el planeta). Ahora bien, si queremos demorar una cantidad importante de años, pongamos la misma cantidad de años que llevamos en la tierra, es decir unos 200.000 años, es necesario que cambiemos nuestra forma de relacionarnos con el planeta y todas las especies que lo habitan, como concebimos el bienestar (fin último del desarrollo) y por ende, como concebimos el desarrollo.

Y es en este punto donde se relaciona con el cambio climático, porque es el cambio climático uno de los principales y más peligrosos verdugos que se encuentran en cola (porque tengan la certeza que no es el único, aunque no me cabe duda que el primer y más peligroso verdugo de la humanidad es el hombre mismo) con ganas de pasar su espada por nuestro cuello, pero no sin antes torturarnos haciéndonos pasar por olas de calor y frio extremos, por inundaciones causadas por lluvias magnificadas, extensión geográfica de enfermedades y otras tantas cosas más.

Creo que mi estudiante tendrá pesadillas con esta respuesta.

Ingeniero Industrial - PhD en Desarrollo Sostenible #SustainableDevelopment #Sustainability

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