Derecho a la vida Vs. Derecho a ¿la muerte? – Parte 4

La religión en el debate sobre eutanasia

Para continuar y cerrar la historia de mi mamá, el dilema que plantea la religión frente a la eutanasia ella lo resolvió de una forma que a mí me pareció muy sencilla, o al menos así lo hizo ver. Cuando discutimos el tema antes de iniciar el proceso de solicitud, tocamos el tema de Dios, pues, así como mi familia, mi mamá era católica. Ella lo argumentó en que por algún motivo desconocido Dios le mando esa enfermedad y ella la aguantó 17 años, cumplió con su voluntad y se adapto a todos los cambios y pérdidas que le trajo la esclerosis, pero en ese momento, en el que claramente la muerte estaba cerca, ella iba a decidir como iba a finalizar su historia, pues por algún motivo Dios también le dio la posibilidad del libre albedrío y además, le puso la opción de la eutanasia en el camino. Y así, se cerro el tema en la casa.

Ahora, cuando se habla de eutanasia, la religión parece un factor ineludible en la discusión, imprescindible en todos los escenarios. Sin embargo, en mi opinión, esto no debería ser parte del debate por dos razones muy simples:

  1. Estamos hablando de un derecho civil, eso incluye a creyentes y no creyentes. 
  2. El sufrimiento es una realidad humana, no se limita únicamente a quienes son creyentes. 

El primer punto se sustenta en la Constitución Política de Colombia. En el artículo 13 se dice que todos somos iguales ante la ley y no podemos ser discriminados por ninguna razón, entre ellas la religión. El artículo 16 habla del derecho al libre desarrollo de la personalidad, que solo se limita si se afectan los derechos de los demás o se altera el orden jurídico. El artículo 18 garantiza la libertad de conciencia, que implica que nadie puede atacar a otros a razón de sus convicciones o creencias. El artículo 19 habla de la libertad de cultos, lo que significa que todos tenemos derecho a profesar o no una determinada religión.

Cuando los argumentos religiosos se apoderan del debate sobre la eutanasia, especialmente en el campo legislativo, se nos vulneran a los que no somos creyentes, todos esos derechos.  Colombia es un Estado laico y legislar con la biblia resulta un acto discriminatorio contra los no creyentes (art. 13) que vemos vulnerados nuestros derechos (art. 16, 18 y 19) debido a que los legisladores están “ejerciendo” los suyos, a pesar de que todos, creyentes y no creyentes, pagamos impuestos para cubrir sus sueldos.

Pero más allá de esos 4 derechos violentados al incluir la religión en este debate, hay uno que a mí en lo personal me parece mucho más grave. El artículo 12 de la constitución expresa: “Nadie será sometido a desaparición forzada, a torturas ni a tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes”. Obligar a una persona, crea o no en Dios, a vivir un sufrimiento inmanejable, en nombre de Dios, es un trato cruel, inhumano y degradante, y el problema aquí no es Dios, es que se le obligue a vivir así porque un grupo de personas dicen que eso es lo “correcto”.

Y eso me lleva al segundo punto. Mantener el debate liderado por religiosos termina invalidando el sufrimiento de quienes no son creyentes, de quienes no son 100% practicantes e incluso de quienes siendo creyentes le da un significado particular a su experiencia de enfermedad. Si todos somos humanos, todos amamos, odiamos, sentimos alegría, rabia, tristeza, miedo, todos enfermamos, todos morimos, entonces ¿todos sufrimos? ¿o eso solo le pertenece a quienes creen y profesan una determinada religión?

Se invalida porque el significado que tiene, por ejemplo un sacerdote, sobre el sufrimiento no es el mismo que tengo yo. Mientras para unos, la enfermedad es un reto o un castigo que Dios pone, para mí es una de esas loterías inexplicables que uno se gana en la vida. La muerte, para mí es algo que tiene que pasar si o si en algún momento, para otros será un designio de un ser superior. Y así funciona con todo en la vida, para cada uno de nosotros, las cosas de la vida tienen significados diferentes y todos son igual de válidos.

Cuando veo que un senador dice que eutanasia no porque Dios (…coloque argumento de su preferencia…), yo solo puedo pensar que no solo están anulando mis derechos, sino que me están diciendo que, si en algún momento me enfermo o la vida me pone de cara al sufrimiento, este solo será valido y sujeto de atención si y solo si, me alieno a sus creencias y formas de ver el mundo, y si no, pues suerte.

La discusión sobre la eutanasia tiene que salir del discurso religioso para entrar en el campo de la salud. Esto no tiene que ver con si se está de acuerdo o no, pues si lo está entonces gestiona una voluntad anticipada para garantizar el ejercicio del derecho cuando llegue el momento y si no está de acuerdo, pues no hace nada y enfrenta su enfermedad y muerte como mejor le parezca, y ya. En esto, todas las posturas son respetables. No estamos hablando del diseño del uniforme de la selección, sino de la subjetividad de cada ser humano, su dignidad y autonomía, no es algo colectivo.

Necesitamos hablar más de qué tan preparados están las y los profesionales de la salud para enfrentar este tema. De cómo está nuestro sistema de salud, empañado por la burocracia, para garantizar los cuidados paliativos y la dignidad en la enfermedad y la muerte a TODA la ciudadanía. De ética, ¿se debe forzar el sufrimiento? ¿hasta dónde? ¿cuáles son los límites de la medicina? ¿qué pasa cuando la medicina no tiene más nada que ofrecer? Incluso, hablar más de la muerte en sí misma, que es inevitable y la única certeza que tenemos en la vida ¿será que hay una forma tranquila de asumirla?

La eutanasia es un procedimiento médico y, por tanto, su debate debe darse en el campo de la salud y desde allí tomar las decisiones pertinentes, la religión debe ser parte es del acompañamiento espiritual al que toda persona enferma tiene derecho si así lo desea, pero no debe ser el punto de partida ni el eje central de la discusión.

Mujer, Psicóloga, Venezolana, Colombiana, Feminista, Pro-Autonomía Psicóloga/Directora Organización Duelo Contigo @duelocontigo http://duelocontigo.org

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